«A los niños se les puede dar un cachete, pero ni es útil ni está bien. Que todos los padres demos un cachete de vez en cuando no significa que debamos hacerlo, mejor si se puede educar sin pegar. ¿ A qué los adultos no toleramos entre nosotros un cachete?». De esta manera, la piscóloga Alicia Michelena, responsable del Programa de la Conselleria de Benestar Social, trata de explicar los motivos por lo que la educación de los niños no debe estar unida a una agresividad.

Los datos del Programa Experimental de Prevención del Maltrato Infantil desde el Àmbito Escolar revelan la detección de 40 niños (de 3 a 10 años) que presentaban indicadores de maltrato, pertenecientes a 29 familias lo que significa que el maltrato pueden padecerlo varios hermanos de una misma familia. De estos 40 casos, 29 son casos nuevos para el sistema de protección de menores.

Con este Programa se ha tratado de formar a los profesores para que detecten el maltrato. Durante mucho tiempo lo que ha pasado es que se han detectado sólo los casos más llamativo: «El maestro se fija más en el niño que molesta que el que pasa desapercibido, pero el maltrato afecta tanto a un tipo de niños como a otro», explica Michelena.

Los resultados del Programa durante el curso escolar 1999/2000 revelan que un niño, de entre 3 y 10 años, de 360 tienen este problema. Pese a estos datos, los casos de Eivissa están por debajo de la media. «Los investigadores piensan que hay más, pero vamos avanzado en la detección. No es que haya más casos de maltrato, sino que cada vez se ven mejor», precisa la psicóloga. Los resultados de la intervención, no obstante, revelan que el 40% de los casos de Eivissa no requieren una derivación externa, ya que la situación es de una gravedad baja.