Luis Berbiela, a la derecha, acompañando a Margalida Rosselló y a Pilar Costa en una visita a ses Salines.

El Govern balear ha perdido el único nexo que le ligaba a la gestión de ses Salines desde que el pasado jueves 1 de febrero el director de la Reserva Natural, Luis Berbiela, pasó a ocupar un puesto de jefe de sección en la institución autonómica tras haber aprobado unas oposiciones. Desde la Conselleria balear de Medi Ambient se señala que no existe intención de nombrar «por ahora» a otro director de la Reserva Natural, al menos hasta que el Tribunal Constitucional decida que la gestión, que actualmente es competencia del Estado español, debe recaer en el Govern. Al inhibirse Medi Ambient, será entonces el Ministerio de Medio Ambiente el que deba nombrar al futuro director de ses Salines.

El presidente del Grup d'Estudis de sa Naturalesa, Joan Carles Palerm, denunció ayer la «actitud irresponsable» de la Conselleria balear de Medi Ambient en este asunto. A juicio de Palerm, se trata de un cese encubierto mediante el cual Margalida Rosselló, titular de la Conselleria, «trata de desentenderse de la gestión de la Reserva Natural». El ecologista considera que de esta forma el Govern se lava las manos en la protección de ses Salines, cuya responsabilidad queda ahora plenamente, tanto en la teoría como en la práctica, en manos del Estado español.

El nombramiento de Luis Berbiela fue, en su momento, una extraña solución a la que llegaron los gobiernos central y autonómico en el periodo en que ambos eran del mismo signo, del PP. Previamente, ambas instituciones estuvieron enfrentadas desde que en 1996 el Gobierno central (entonces del PSOE) declaró ses Salines Reserva Natural, lo que provocó que la Comunitat Autònoma plantease un recurso al considerar que se invadían competencias transferidas a Balears.

El presidente del GEN reclamó ayer al Govern que «de una vez por todas» presente el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de ses Salines y se siente a negociar con el Estado el futuro del paraje. Desde la Conselleria balear de Medi Ambient se insistía ayer en que «lo único que quiere el Govern es gestionar ses Salines».