J. M. R. El concejal de Gobernación de Sant Antoni, José Juan Ferrer, Blai, considera extremadamente complicado vigilar que las salas de baile de la carretera que une la localidad con Eivissa respetan los aforos y los horarios de cierre. Dentro del plan elaborado por la Conselleria d'Obres Públiques para mejorar la seguridad del tramo de las discotecas, al Consistorio le ha tocado velar por esos dos asuntos, mientras que el departamento de Carreteres instalará media docena de semáforos y construirá una rotonda a la salida de Sant Rafel. Por su parte, Amnesia y Privilege deberán iluminar la zona.

Juan Ferrer advierte de que el Ayuntamiento carece de suficientes efectivos para controlar que los locales no exceden su aforo: «Un control, para que tenga efectividad, debe estar bien hecho y con todas las garantías, ya que de lo contrario cualquier recurso que pusieran esas empresas nos lo ganarían», señaló el concejal.

Otra de las dificultades que plantea el concejal es cómo efectuar esa tarea: «Es cierto que se deben hacer controles, pero no hay que ser más papista que el Papa. Que me digan un sitio de Balears donde se haya hecho un control de aforos. A la gente que me exige hacer eso le respondo que me diga qué sistemas hay y dónde se ha hecho. Nadie ha sabido contestarme». Respecto al horario de cierre, Juan Ferrer destaca una alegación presentada por una discoteca: «Subrayan que si hay problemas ahora, cuando la gente sale paulatinamente desde las 6'30 hasta las ocho de la mañana, ¿qué ocurriría si 4.000 personas salieran de golpe a esa hora? Yo no quiero tener ese remordimiento sobre mis espaldas».