Un informe interno de la Conselleria de Medi Ambient advierte de
que centenares de aves exóticas pueblan los bosques de Eivissa,
poniendo en peligro a otras especies autóctonas. La población más
numerosa es la de myopsitta monachus, más conocida como cotorra
gris argentina, presente en al menos siete localizaciones del
interior de la isla. De cabeza y ventral grisáceo, cola verde y
alas azules, esta gritona cotorra tiene un fuerte sentido de la
territorialidad, lo que está provocando el desplazamiento de otras
aves y, según relatan algunos agricultores, enfrentamientos con
cernícalos.
Los pageses dicen estar hartos de su presencia, ya que las
myopsittas destrozan periódicamente sus cultivos, excepto los
frutos de los limoneros. Existen en Eivissa siete núcleos de
reproducción de la myopsitta monachus. Al menos 18 ejemplares viven
en cinco nidos comunales construidos sobre dos pinos de Can Verd;
otras 12 cotorras viven en tres nidos de Can Ties; en un pino
colindante con el restaurante Can Pau hay otros dos nidos con 16
ejemplares, que se han convertido en atractivo turístico.
En Can Pujolet han sido hallados otros dos nidos habitados por
cerca de 30 ejemplares; en el Puig d'en Coques, junto al polvorín
militar, existe un nido comunal con más de 20 ejemplares; en Can
Bernat (que se considera el foco de expansión de esta población)
hay tres nidos comunales sobre dos palmeras dentro del jardín de
una finca, con cerca de 60 ejemplares, y, finalmente, hay otras 12
aves en Can Domingo-Can Marzoc. Todas las localizaciones están
rodeadas de campos de cultivo próximos a los núcleos de población
existentes en el triángulo formado por Jesús, Santa Gertrudis y
Santa Eulària. Existe un grupo más pequeño en Port des Torrent y
Sant Antoni, del que apenas se habla en el informe.
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