La plataforma de residentes de las zonas de Roca Llisa, Cap Martinet, Talamanca, Eivissa y Sant Jordi solicitó ayer la ayuda del director del aeropuerto de Eivissa, Gonzalo Aguarón, para conseguir que se tomen medidas que reduzcan las molestias que provocan los aviones al sobrevolar zonas habitadas durante las maniobras de aproximación o alejamiento del aeropuerto de la isla.

El portavoz de este colectivo, Jaime Roig, explicó que le había entregado a Aguarón un documento de cinco puntos en el que se plantea que es «innecesario e injustificado» sobrevolar zonas habitadas de la Isla, que «la eventual variación de las rutas es perfectamente viable» y que ésta sería una medida positiva para «salvaguardar un patrimonio arquitectónico único». Además, esta plataforma plantea la necesidad de lograr el equilibrio entre naturaleza, patrimonio y progreso y de tomar como punto de referencia las iniciativas de la Unión Europea destinadas a aminorar los niveles de ruido de las aeronaves y sus efectos contaminantes.

Por su parte, Gonzalo Aguarón, se comprometió a hacer llegar esta preocupación a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y a Aviación Civil para que, si es posible, se estudie la situación. Aguarón señaló que, en cualquier caso, los estudios técnicos realizados recientemente demuestran que la situación «no es alarmante» porque los niveles de contaminación acústica están por debajo de los recomendados. «Los ruidos están dentro de los límites, pero yo recojo sus preocupaciones y las haré llegar a Madrid», señaló el responsable de la terminal ibicenca.

Otra de las cuestiones que se puso sobre la mesa es que los pilotos tienen cierta libertad para volar dentro de una banda aérea que es la que está marcada por los reglamentos y que, por tanto, no cometen ninguna irregularidad cuando sobrevuelan las zonas habitadas. En este sentido, los vecinos han conseguido el apoyo de un grupo de pilotos (de Iberia, Lufthansa y Aebal) que se han comprometido a intentar volar sobre el mar siempre que sea posible.