El director general d'Arquitectura i Habitatge, Jaume Carbonero, confirmó ayer que el consell de govern había accedido a modificar el decreto de ayudas a la rehabilitación de viviendas, de forma que los requisitos de antigüedad para inmuebles ubicados en suelo rústico en Eivissa y Formentera dejan de ser tener 75 años o más y pasan a estar en un mínimo de 40 años.

Esta medida se ha adoptado «porque en las Pitiüses hay numerosos asentamientos urbanos que están muy dispersos, por lo que una gran parte de las viviendas que requieren rehabilitación están en suelo rústico», aseguró Carbonero a Ultima Hora Ibiza y Formentera . Este hecho obligaba a reducir los requisitos para acceder a subvenciones en viviendas asentadas en este tipo de suelos, medida que finalmente se adoptó ayer. El consell de govern aprobó ayer la modificación de once de los artículos del decreto de mayo del año pasado referido a las ayudas para la rehabilitación de viviendas y a la declaración de Àreas de Rehabilitación Integrada (ARI).

La modificación del decreto, además del que afecta directamente a las Pitiüses, supone también la posibilidad de recibir ayudas para los propietarios de viviendas de protección oficial con más de 15 años, aumenta la dotación para las reformas de fachadas, incentiva las obras para eliminar barreras arquitectónicas con una subvención del 50 por ciento sobre el total y adapta las normas a fachadas y viviendas de zonas ARI.

Las ayudas a este tipo de intervenciones han aumentado considerablemente desde 1998. En ese año las administraciones destinaron 275 millones de pesetas a ayudas para la rehabilitación, en 1999 esta dotación se incrementó hasta los 450 millones y el año pasado ascendió hasta los 915 millones.