07/01/01 0:00
ÓSCAR DELGADO
Mientras el Papa Juan Pablo II oficiaba en Roma una ceremonia
plagada de peregrinos para cerrar el Año Jubilar, en Eivissa la
Catedral recibió la visita de los que quisieron acompañar la
caducidad de este período destinado a ganarse la indulgencia
plenaria de la Iglesia. El obispo de la Diócesis de Eivissa y
Formentera, Agustín Cortés Soriano, dio inicio a la misa a las once
en punto de la mañana en el exterior del templo religioso. Los
feligreses se concentraron en el lugar de convocatoria con el ánimo
de aprovechar el término del Año Jubilar para hacer examen de
conciencia.
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