El día de Reyes perdería parte de su encanto si desapareciera el tradicional roscón. Como cada año, las panaderías pitiusas exprimieron al máximo el tiempo durante la jornada de ayer para dejar listos los roscones que desde hacía cuatro o cinco días los clientes ya habían reservado. Ultima Hora Ibiza y Formentera quiso ver de cerca el proceso de elaboración seguido en el lugar de trabajo de Joan Roig, presidente de la Asociación de Panaderías y Pasteleros de Eivissa, en Santa Gertrudis.

El panadero encargado de elaborar los 500 roscones que saldrían de esta pastelería fue Rafael López, quien lleva siete años dedicado al mundo de la confitería. El primer paso a seguir descansa en la elaboración de la masa, compuesta a base de harina, huevo, azúcar y mantequilla. Para lograr el punto justo de la misma, hay que amasarla durante 25 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo, se pesa y se divide en piezas de medio kilo cada una. Después se colocan en bandejas rociadas con un poco de aceite, se les da forma de anillo elíptico y se les introduce la tradicional sorpresa y el haba.

Cuando están listos, reciben un barnizado con huevo y ornamentos como frutas confitadas. En el caso particular descrito, naranjas y guindas. Llega el momento de la fermentación, que se prolonga por espacio de una hora y media. El último paso es el horneado. Cuando transcurren 20 minutos los roscones ya están listos para ocupar las cajas que les esperan para ser entregados a los clientes.

Según la tradición, el roscón lo ha de pagar el que encuentra en su porción el haba. Por su parte, el afortunado al que le toque la sorpresa "normalmente una figurita" gozará de buena suerte, siempre y cuando ésta no se convierta en un obstáculo peligroso para su dentadura.