La huelga de transportistas de vehículos a concesionarios, que mantiene prácticamente paralizados los centros distribuidores de automóviles nacionales desde el pasado mes de noviembre, está dejando graves secuelas en Eivissa. Pérdidas de ventas, encargos que no se han podido atender y clientes insatisfechos son las consecuencias de una huelga convocada como protesta por los precios de los carburantes y que aun no se ha resuelto.

Paco Cardona, gerente de la casa Honda en Eivissa, asegura que la falta de stock se ha hecho más que evidente tras más de un mes de huelga. «Esto ha provocado cuantiosas pérdidas de ventas», señala Cardona, que calcula que en diciembre vendieron diez vehículos menos que en el mismo período de 1999.

Juan Vicente, gerente del concesionario de Mitsubishi y Galloper en las Pitiüses, asegura que la huelga ha repercutido muy negativamente, sobre todo en los encargos, «los vehículos no han llegado en las fechas requeridas, lo que ha sido un problema para numerosos clientes que querían disponer del automóvil para irse de vacaciones». Vicente asegura que lo único que han podido hacer ante las quejas de clientes insatisfechos ha sido mostrarles los recortes de los diarios en los que se constatan las repercusiones de la huelga en todo el Estado.

Por su parte Bartolomé Clapés, de la empresa Citroën, constató que hay mucha gente esperando por el vehículo encargado. Este punto de venta está registrando «muchísimos retrasos» y Clapés lamenta «no poder entregar el vehículo al cliente en la fecha comprometida», aunque matizó que es consciente de que hay que esperar porque «es un problema general».