La Platja d'es Duros ha sido durante años un escondite a cinco
minutos del barullo de la ciudad de Eivissa. Tomar el sol
completamente desnudo, leer un libro, meditar, charlar con los
amigos o besar a tu pareja lejos de miradas y conocidos eran
algunas de las actividades preferidas de los asiduos a esta pequeña
playa. Muchos son los que dudan de la belleza del arenal en
cuestión pero es indudable que para otros muchos era un lugar
especial.
La construcción del dique de Botafoc y su vial de acceso va a
cubrir por completo este rincón. A la vez, Eivissa va a ganar un
paseo marítimo, con carril bici y zonas ajardinadas. Este proyecto
tiene detractores y defensores pero , en cualquier caso, las obras
van a cambiar por completo el paisaje de la zona y los usos que se
hacían de él.
La playa amanecía ayer diferente. Más de la mitad del arenal ya
está cubierto por relleno de obra y varios montículos esperan a que
las excavadoras terminen de cubrir la zona. En vez de pisadas de
paseantes o bañistas, ahora hay grandes marcas de neumáticos de
camiones.
Puede que la ciudad salga ganando con el cambio. De lo que no
hay duda es de que esta es la última oportunidad de disfrutar este
paisaje como se ha conocido durante décadas.
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