El «Almudaina», el ferry de alta velocidad que cubre en los meses de verano las líneas entre Valencia y Balears, hubiera estado lleno en las fechas en las que las fuerzas antiterroristas sospechan que ETA tenía previsto introducir un coche bomba en su bodega. La fortuna, sin embargo, se alió con pasajeros y tripulación y el vehículo se paró en una carretera de Huesca, donde fue descubierto y explosionado de forma controlada. Llevaba 100 kilos de cloratita en su interior, una cantidad altísima de explosivos que hubiera convertido el barco en nada. De hecho, los restos del automóvil se diseminaron al explosionar en un radio de 200 metros.

Según una detallada información publicada ayer por el diario 'El país', la banda terrorista tenía perfectamente planeado el golpe. La operación hubiera apuntado al barco que realiza el trayecto entre Valencia, Eivissa y Palma, si bien ayer otros medios informativos insistían en que el objetivo era uno de los barcos de la línea Valencia-Palma. Ninguna de las dos hipótesis fue ayer confirmada por el Ministerio del Interior.

Según 'El país', el plan que debían ejecutar Harriet Iragi Gurrutxaga y Jon Igor Solana Matarran, detenidos tras el asesinato del coronel médico Antonio Muñoz Cariñanos, consistía en comprar un pasaje y embarcar en el transbordador levantando las menores sospechas posibles, ya que el puerto de Valencia está fuertemente vigilado en estas fechas.

Precisamente, para evitar llamar la atención se habían bloqueado los amortiguadores del vehículo, un Renault 9, para que el peso de la carga explosiva no hundiera su parte posterior, algo que ha permitido prevenir algunos atentados con anterioridad. Tras meter el coche, ellos hubieran huido, dejando embarcada su mortal carga.