Casi un centenar de profesores y maestros de todas las asignaturas y centros educativos de las Pitiüses participaron ayer por la tarde en un nuevo jubileo organizado por el Obispado de Eivissa y Formentera y la Delegación Diocesana de Enseñanza. En la Catedral se reunieron las personas que se han encargado de formar a decenas de generaciones de ibicencos, puesto que junto a los más jóvenes también se encontraban algunos ya jubilados, que tampoco quisieron perderse esta fiesta.

La misa, que comenzó con un leve retraso debido a la celebración de una boda, fue oficiada por el obispo, Agustín Cortés Soriano, y estuvo amenizada por la música del órgano del templo. Al principio del acto, el grupo folklórico infantil de sa Bodega dio la bienvenida a todos los profesionales de la enseñanza con una pequeña ballada acompañada de una pequeña repicada de castanyoles y tambors.

Durante la liturgia se leyeron varios textos alusivos al trabajo de los profesores y maestros dentro de la fe católica. En un momento de la misa, varias personas acercaron hasta el altar unos obsequios que entregaron al obispo. En esta ocasión, nada más apropiado que una cesta repleta de libros de texto de todas las épocas y materias existentes. El acto jubilar acabó con todos los asistentes a la misa entonando el himno a Santa María de Eivissa acompañado de la música del órgano.

El Obispado de las Pitiüses lleva todo el año organizado este tipo de jubileos en la Catedral de Eivissa. En un principio, para lograr la indulgencia plenaria que otorga el Jubileo a todos aquellos que acudan a Roma, es necesario atravesar las Santas Puertas. Sin embargo, cuando se trata de gentes que no pueden desplazarse a la capital italiana, la diócesis se encarga de establecer un lugar determinado que sustituye a Roma. En el caso de Eivissa, éste es la Catedral.