Prevenir las patologías derivadas de fumar, como el cáncer u otras enfermedades. Este es el objetivo con el que la Asociación Española Contra el Cáncer ha organizado los cursos iniciados ayer en la sede de la Consellería de Sanitat en Eivissa.

Los 30 candidatos a perder el hábito se concentraron por la tarde en la institución, donde iniciaron el camino hacia una vida sin cigarrillos. Las clases las imparten el pediatra Hilario Merino y la psicóloga Teresa Fluxá. Como apunta esta última, «la iniciativa más cercana fue la de Palma, donde un 70 por ciento de los cursillistas seguían sin fumar tres meses después».

Con la de ayer serán siete las sesiones que componen el curso, una por semana. Los asistentes se someterán a terapias de grupo, a charlas explicativas de las secuelas del tabaquismo y a una preparación dirigida a dar el paso definitvo:dejar de fumar. La cuarta clase se convertirá en la transición entre el último cigarrillo y la desaparición definitiva de esta costumbre. El paso requerirá, a parte de la paciencia de los que quieren dejar el hábito, de lecciones de cura de la ansiedad.

Lo más difícil vendrá después. Demostrar que se ha dejado de fumar. Saber decir no ante el ofreciminto de un pitillo. La propia asociación efectuará un seguimiento de los implicados en esta empresa.