Más de treinta escolares de segundo de ESO del colegio Nuestra Señora de la Consolación visitaron ayer por la mañana la Reserva Natural de ses Salines. La actividad inauguró la nueva campaña de educación ambiental con la que se quiere inculcar la preocupación por el entorno natural a los más jóvenes. A lo largo del curso 2000-2001 se espera que cerca de 70 centros acudan a la llamada de la naturaleza.

Personal de la Reserva trazó una ruta por etapas y repartió a cada alumno unas libretas para que pudieran identicar las especies que se encontraran. La visita a ses Salines comenzó con una breve introducción de las monitoras, con la que ilustraron a los chicos acerca del por qué de la existencia de los espacios protegidos. «Es muy importante que desde jóvenes empiecen a valorar la importancia de los espacios protegidos. Traerles aquí sirve para inculcarles la necesidad de ser cuidadosos con el entorno, y de manera especial con la única reserva en las Pitiüses que está protegida oficialmente», apunta Virginia Picorelli, del servicio de información y control de la Reserva.

La visita se estructuró en tres áreas: dunas, playa y bosque. En cada una de ellas se exploraron las especies florales y animales que las poblaban. Los alumnos no despegaban la vista de sus cuadernos, ansiosos por buscar quién era el más rápido en decir a la profesora el tipo de planta que había asociado con el dibujo en cuestión. Virginia Picorelli explica que «es muy positivo que los niños aprendan sobre el propio medio porque les ayuda a conocerlo mejor».

La excursión finalizó en el mirador que se ubica sobre un poblado salinero, donde pudieron apreciar la belleza del paraje en su conjunto. La vista desde esa posición lo permitía. Unas últimas preguntas impregnadas de curiosidad cerraron la visita matutina.

El futuro de la Reserva Natural de ses Salines dependerá del compromiso que ofrezcan estas generaciones que, como el grupo del colegio de la Consolación, presentan edades entre los 13 y los 14 años.