GUILLERMO ROMANÍ Desde el pasado domingo uno de octubre, los nuevos horarios impuestos por Gestión Naviera CB se han visto reducidos a una tercera parte con los consiguientes problemas y quejas por parte de los empresarios y residentes en Formentera. A las protestas del sector empresarial se le han unido también las quejas del propio Ayuntamiento. Su alcalde, Isidor Torres, ha calificado de «hondo calado económico y social» la problemática y anunció, en este sentido, una próxima reunión con la Pimeef y la Conselleria insular de Transports, «para analizar el problema».

A raíz de este cambio, de los nueve viajes diarios que se realizaban en cada sentido se ha pasado a tres en ambas direcciones un hecho que, según los comerciantes, provocará serios problemas de abastecimiento en la isla. Si la reducción de viajes ha causado la alarma entre los comerciantes de Formentera puesto que la franja horario de servicio se ha fijado ahora entre las siete y media de la mañana y las nueve de la noche, además de advertir la reducción en el número de embarcaciones destinadas a transportar mercancías de tres a un ferry.

Estos cambios también ha provocado las críticas de los usuarios que ven peligrar una comunicación fluida y estable entre Eivissa y Formentera. Así, los ciudadanos temen que el hecho de que sea el Arlequín Rojo el buque encargado del servicio, un buque de excesiva estabilidad especialmente concebido para transbordos fluviales y no para navegar en mar abierto, suspenda los trayectos programados cuando haga mal tiempo. En este sentido, el presidente de la pequeña y mediana empresa de Formentera, Joan Serra, ha lamentado esta medida y ha dicho que, a pesar de las promesas lanzadas durante la temporada de verano, «con el invierno volverán a reducirse los trayectos de forma incomprensible». Además, según ha explicado Serra, la reducción de horarios, «impide las conexiones con los barcos que enlazan con la península, lo que creará más problemas para Formentera».