Los pequeños son observados por sus familias en el aeropuerto. Fotos: KIKE TABERNER.

L os diez niños saharauis que han pasado el verano en Eivissa se despidieron ayer de sus padres adoptivos después de compartir dos meses junto a sus familias españolas. Los pequeños llegaron al aeropuerto cargados de mochilas llenas de regalos tanto para ellos como para sus familias en el Sáhara.

«La mayoría de los jóvenes se han llevado una bicicleta -uno de los juguetes más preciados- pero eso es un lujo que sólo se lo han podido permitir algunos de los padres. Las cosas más simples como medicinas, hilo y agujas o ropa son los objetos más apreciados por las familias saharauis» comentó Loreto Mayol, la presidenta de la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui, una ONG que cada año trae a varios niños saharauis a las Balears para pasar la temporada estival junto con familias españolas.

Los nervios y la tristeza acompañaron a pequeños y mayores en el momento de la despedida en el aeropuerto. Sin embargo, para los saharauis además de la tristeza el momento de la partida también iba cargado de alegría: «Por una parte quieren volver con sus familias, pero por otra no quieren dejar España», comentó Loreto Mayol, quien puntualizó que los diez niños que han visitado Eivissa este verano ya habían estado en la isla el año pasado «y saben que van a volver a su país con regalos y dinero».

Amigos del Pueblo Saharaui ha traído a Balears a 140 niños junto con algunos monitores que ayer se volvieron a reunir en Mallorca, desde donde partirán para comenzar un largo viaje de vuelta hasta Tinduf, en Argelia. Después continuarán en camiones hasta los campamentos donde están sus familias, situados en la peor zona del desierto del Sáhara, donde durante el verano superan los 50 grados y en invierno pueden llegar a alcanzar temperaturas bajo cero.