La Familia Real española casi al completo "faltaban el príncipe don
Felipe, de viaje oficial a la República Dominicana, e Iñaki
Urdangarín" y los Reyes de los belgas, Alberto II y Paola, salieron
a navegar a bordo del Fortuna, lo que supuso su primera singladura
oficial con egregios invitados, con lo que demuestra que la misión
de este es doble: por una parte, es una embarcación para uso y
disfrute de la Familia Real española durante sus vacaciones; por
otra, para realizar actos protocolarios, como este en concreto.
Los reyes de los belgas, que habían llegado en la víspera a
Palma, y que habían sido recibido por los Reyes de España en la
base aérea de Son Sant Joan, se hospedan en las casas de Son Vent,
a la vera del Palacio de Marivent. Ayer por la mañana, junto con
sus anfitriones, y otros invitados de estos, se hicieron a la mar.
El Fortuna, al pasar por delante del faro del Dique del Oeste, que
es donde se encontraban los fotógrafos y cámaras "unos treinta",
aminoró la marcha a fin de que estos pudieran captar imágenes de
ambas familias a bordo, con un fondo muy palmesano: el Passeig
Marítim, el Club de Mar y el muy personal e intransferible Castell
de Bellver.
Desde el faro pudimos observar perfectamente como en la proa del
«Fortuna» iban don Juan Carlos -de pantalón corto-, Alberto II
tocado con una gorra visera, Paola, doña Sofía, la infanta Cristina
con su hijo Juan y la infanta Elena con su esposo, Jaime de
Marichalar, y su hijo, Froilán, Ana María y Constantino de Grecia,
su hijo Filipos, y la prima de la Reina Tatiana Radziwill. Al pasar
por delante de nosotros, nos saludaron.
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