Los jinetes y 'geganters' congregaron a un enorme número de personas en el parque Reina Sofía.

Las fiestas en Menorca son algo muy serio. Allí, celebraciones como las de Sant Joan sacan a la calle a miles de personas entregadas de antemano a un espectáculo que cautiva en todo el mundo. Ayer por la noche, miles de ibicencos disfrutaron de una pequeña muestra de lo que se vive en la isla vecina: la Colla de Geganters i Grallers de Maó y un grupo de jinetes del club hípico sa Creueta des Migjorn Gran animaron la última jornada de estas fiestas patronales de Sant Ciriac.

La fiesta comenzó a las nueve de la noche con un vistoso pasacalles que recorrió el trecho que separa el puerto de Eivissa y el Parque Reina Sofía. La única nota negativa fue un pequeño accidente que llevó a uno de los jinetes al suelo y que, al parecer, acabó con una pierna rota. Media hora más tarde el grupo llegaba al parque Reina Sofía, donde les esperaba un numeroso público. El número de los caballos, moviéndose rítmicamente como si de un ballet se tratara sobre la arena, levantó sonoros aplausos entre los espectadores. Los menorquines, dirigidos por Tobal Camps, pertenecen a una de las más viejas escuelas de doma en Menorca, dedicada a preservar la tradición de la doma en la isla.

Por su parte, los Geganters "que reciben los nombres de Tomeu y Guida" y Grallers de Maó forman parte de una antigua tradición menorquina, cuya primera aparición está datada en 1929. Al cierre de los actos, una cálida ovación sirvió para agradecer a la representación menorquina, especialmente al accidentado, su esfuerzo .