GUILLERMO ROMANÍ Los transportistas que se dedican al suministro de agua en Formentera se quejan de las condiciones en que han de realizar su trabajo debido a las deficiencias y dificultades que encuentran a la hora de cargar los camiones cuba en la antigua planta de Gesa, junto a la actual desaladora de es Ca Marí.

Las quejas se centran en cuatro puntos esenciales: que no exista una segunda toma de agua, el poco caudal que tiene la toma, la falta de un caudalímetro electromagnético (que el Consorcio de Aguas de Formentera ya ha decidido instalar) y la carencia de aseos en la zona de carga para dar servicio a los conductores.

Los transportistas argumentan que durante el verano la fuerte demanda de agua para llenar cisternas y aljibes se desborda y los camiones han de hacer cola en el lugar de carga durante, a veces, una y dos horas. La carga de cada cuba, denuncian, puede durar alrededor de veinte minutos y llegan a acumularse hasta tres camiones. Desde principio del mes de julio, explican, ya se ha dado la circunstancia de que a primera hora de la mañana han llegado a coincidir hasta seis camiones para cargar agua, lo cual implica que el último en llegar habrá de esperar al menos hora y media.