Los 19 diseñadores que mostraron sus creaciones en la pasarela Adlib 2000 se jugaban mucho en los desfiles. Así, a pesar de que la valoración del conjunto es positiva los creadores consultados consideran que hubo fallos que se podrían haber evitado.

Mostrar sólo cuatro diseños por cada uno de los creadores resultó «escaso» y «poco representativo de la colección», una opinión que apoya la creadora María José Miranda a pesar de que su caso es especial ya que pudo mostrar quince diseños de moda infantil. Otra de las quejas generalizadas es que el público presente apenas pudo apreciar los detalles de la ropa. La lejanía del escenario, la poca visibilidad de la plaza, unido a que sólo se instaló una pantalla gigante contribuyeron a ello. «En cierto modo lo compensó el marco pero el desfile resultó frío», apunta Verónica de Artesanía Urbana.

En cuanto a las modelos, las definen como «muy profesionales» aunque matizan que «algunas chicas estaban excesivamente delgadas». Varios fallos en la organización repercutieron directamente en el trabajo de los creadores. Este es el caso del artesano José Marcos de la firma Ishvara. Mientras se pasaban sus diseños en la muralla aparecía proyectada la firma de otro diseñador. Además, en televisión dijeron que trabajaba con plástico cuando lo hace con piel y charol. Los creadores esperan que la prensa especializada y las televisiones que acudieron al evento vayan mostrando su trabajo a lo largo de las próximas semanas para que su trabajo alcance proyección.