Eivissa se convierte en una gran fiesta de la historia para celebrar la declaración de Patrimonio de la Humanidad

«Hoy es un día de fiesta». Con esta frase resumía Francesc Antich la filosofía de una jornada de celebraciones en la que Eivissa regresaba a sus raíces. Los responsables coincidieron en recalcar el evento como un primer ladrillo de una construcción que pretende ampliarse y consolidarse en un futuro a través de proyectos de rehabilitación y restauración definidos por Antich como uno de los pilares de su mandato.

Utilizando como excusa la declaración de Patrimonio de la Humanidad, el casco antiguo de la ciudad se convirtió el escenario idóneo de la «Festa del Renaixement», que distribuyó sus actividades en seis áreas y espacios geográficos diferentes: talleres de artesanos, mercado árabe, de Eivissa, de alimentación, de pequeños artesanos y medieval ubicados en el patio de Armas del Portal de les Taules, la Plaça d'Espanya, las calles sa Carrosa, General Balanzat o Santa Maria y la catedral, respectivamente.

Magda Durán, responsable de este cohesionado grupo que recorre España en experiencias de carácter similar, mostraba su satisfacción por la superación de un nuevo reto que sólo contó como inconvenientes de última hora con el viento y la dificultad de acceso de los vehículos con los productos necesarios para la fiesta. La selección de los representantes se ha hecho en base a dos criterios que Durán sintetiza en «el hecho de haber rehuido lo que podría entenderse como competencia a los comercios, que no es en absoluto nuestro cometido y que hemos querido traer un amplio abanico de vendedores de forma que se diese una gran variedad». De ahí que las ofertas aumentaran en paralelo a los pasos dados por el público.

Una recepción de autoridades celebrada a las nueve de la noche en el Consistorio puso el punto y seguido a la jornada inaugural cuya continuación se desarrollará a partir de las once de esta mañana.

· Nieves Ibarrondo.