Los concejales municipales del grupo popular, Virtudes Marí y Agustín Goerlich, denunciaron ayer que el Ayuntamiento de Eivissa «obliga a los 140 locales con licencia municipal de música a instalar sonómetros de una marca en concreto», que sólo distribuye una empresa en las Pitiüses. «Ninguna institución puede hacer propaganda de una empresa en detrimento de otra», criticó la oposición, que mostró un anuncio publicado en prensa local en el que la empresa distribuidora utiliza como reclamo publicitario el haber sido elegida por el Consistorio. Los concejales califican este hecho de «reprobable» y piden al alcalde que rectifique la decisión de dar el monopolio «a una sola casa».

La razón que esgrime el Pacte Progressista para haberse decantado por este aparato -cuenta con una función que permite a la Policía Local conocer al momento qué establecimiento ha sobrepasado los límites de sonido- no justifica la elección, ya que, según el PP, la Policía «no cuenta con sistemas adaptados a esta nueva tecnología». El Consistorio se debería haber decantado por otro tipo de aparatos «más asequibles» (los elegidos cuestan cerca de 300.000 pesetas entre instalación y aparato) y «eficaces» porque regulan el volumen de sonido de forma que se reduce en el momento en el que sobrepasan los límites legales.