En los colegios, la Historia se puede convertir en una asignatura de las más pesadas y aburridas de cuantas se estudian. Pero los estudiantes de los colegios sa Bodega, Poeta Villangómez, Can Cantó, Portal Nou, Blancadona, y sa Graduada tuvieron ayer por la mañana una de las clases más divertidas de su vida.
Se trataba de aprenderlo todo sobre nuestro pasado con una sola función de teatro de marionetas a cargo del grupo infantil «Foc i fum». Los 250 chavales que llenaron el centro cultural de Can Ventosa aprendieron y, sobre todo, se rieron con la propuesta. Esta iniciativa, que organiza desde hace varios años la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa, trata de acercar algunos de los episodios más desconocidos de la historia de las Pitiüses a los estudiantes de 4º de EGB de los centros escolares de la ciudad.
La obra de teatro, titulada «Sa Nostra història», repasa nuestra evolución desde la fundación por parte de los cartagineses de la colonia de «Ibosim». En ese mismo momento arranca la historia de Juanito, el personaje que se encargó de entrelazar e introducir los diversos episodios en los que se dividió la función.
Entre otros, el joven Juanito se paseó entre los romanos, los vándalos, árabes y borbones, antes de llegar a la última invasión a la que se ha enfrentado la isla: la de los turistas a partir de la década de los 60. La obra deja un último episodio en el que se invita a reflexionar a los más pequeños sobre el futuro que se encontrarán dentro de unos años.
El montaje de la función combinaba la presencia de las marionetas con los actores de carne y hueso. Estos últimos no pararon de pasearse entre las butacas buscando la complicidad de los chavales, que respondieron de primera a todas sus peticiones. Las risas, chillidos, abucheos y aplausos no pararon ni un sólo momento. De esta manera, los dos centenares de estudiantes se encargaban de censurar o aprobar la conducta de algunos de los personajes que han pasado por nuestra historia. Los gritos de los estudiantes se callaron sólo unos minutos durante la función, cuando en el escenario aparecieron dos tenebrosas calaveras alertando sobre maleficios para los que profanen las tumbas. Tras la función, que se prolongó por espacio de algo más de una hora, el trabajo debía continuar en las aulas de los colegios. Para ello, el Consistorio de Eivissa repartió diverso material de trabajo entre los estudiantes. Sin embargo, seguro que la clase ya no fue tan divertida como en Can Ventosa.
· R. D.
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