Cada nueva edición del curso de esparto ha contado con una masiva respuesta, llenando el cupo de plazas en poco tiempo. Foto: GERMÁN G. LAMA.

Los objetos de esparto se utilizaban, no hace tantos años, para una infindad de menesteres. No había ninguna casa de las Pitiüses que no contara con sus senallons o con un par de alfombras de este mismo material.

Para evitar que esta tradición no se pierda del todo "como desgraciadamente parece que está ocurriendo", los miembros del grupo folclórico de Jesús pusieron en marcha a finales del año pasado "y con la colaboración del Ayuntamiento de Santa Eulària" una nueva edición de sus cursos de artesanía de esparto.

Edición tras edición, se han ido cubriendo las 15 plazas de las que se disponía, como señala la secretaria de la entidad, Edu Sánchez. El pasado domingo, los alumnos aventajados de estas clases mostraron a un numeroso público sus creaciones en la sala municipal de exposiciones de Santa Eulària. Fue, una más, de las demostraciones que realizan a lo largo del año a base de constancia y esfuerzo.

Los objetos que se exhibieron atrajeron la curiosidad de los habitantes de la localidad y, sobre todo, de la gran cantidad de turistas que ya se encuentran en Santa Eulària. De hecho, la presencia de un nutrido grupo de alemanes provocó una de las anécdotas más curiosas de la jornada, como explica Sánchez: «Unas señoras vieron unas ulleres que habían hecho los alumnos. Estas se utilizaban para tapar los ojos a los burros cuando se los llevaba a arar el campo. Las confundió con un biquini de esparto, y la verdad es que se parecen. Se lo dijo cuando ya estaba a punto de probárselo».

Las jornadas de este curso de esparto las imparte Joan des Pouàs, un vecino de la localidad que ya ha superado los 80 años y que es un verdadero especialista en las labores con dicho material. Según explica la secretaria, estas jornadas sirven, además, para que personas como Joan, que ya han dejado la vida laboral, se sientan de nuevo activos y válidos para sus vecinos y ellos mismos. Para eso, nada mejor que dedicarse a transmitir sus conocimientos a los más jóvenes. «Parece como si hubiera vuelto a nacer desde que está con nosotros», señala Sánchez.

La muestra se clausuró el pasado domingo por la tarde con un éxito de público arrollador. Si no tuvo tiempo de verla, no se preocupe: todas las piezas se volverán a exhibir dentro de unos meses en las fiestas de Jesús. Y habrá otras muestras, puesto que las clases todavía no han acabado.

· R. D.