Balears se ha situado a la cabeza mundial en cuanto a precauciones
ante los transgénicos, alimentos obtenidos tras manipulaciones
genéticas con las que se intenta asegurar un cultivo resistente y
un producto de mayor tamaño o mejor calidad. A instancias del
diputado por las Pitiüses Joan Buades, el Parlament balear decidió
ayer expresar su «preocupación» ante el avance de este tipo de
alimentos y la falta de garantías y controles y alentar al Govern
de les Illes Balears, al Gobierno central y a la propia Unión
Europea (UE) a no permitir su avance mientras no esté claro que no
causan daño al medio ambiente y a los consumidores.
Buades, cuyo partido, Els Verds, protagoniza en Eivissa y
Formentera la postura política más firme contra este tipo de
alimentos, llevó a la Cámara balear el debate y logró el acuerdo
unánime de todos los diputados. A raíz de ello, el Parlament
remitirá próximamente a la UE un escrito en el que solicita que,
mientras no se revise la normativa y se obligue a etiquetar
correctamente estos productos, se establezca una moratoria que
impida que puedan ser consumidos sin tener conocimiento de ello.
Además, el Parlament pedirá al Ministerio de Agricultura que no
autorice nuevos cultivos de estas características y al Gobierno le
exhortará a controlar de forma exhaustiva los transgénicos y todo
lo que les rodea. Balears también planteará la necesidad de
prohibir, si se demuestra que debe hacerse, el uso de semillas
manipuladas genéticamente y de invertir dinero en programas de
bioseguridad alimentaria. Finalmente, el Govern balear deberá crear
una comisión de seguimiento para vigilar de cerca toda esta
problemática.
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