Una de las caracteríticas del mapa de topónimos de las Pitiüses es que está repleto de nombres de santos, cosa que suele llamar la atención a sus visitantes, a los que les chocan estas denominaciones.

El origen de todas estas denominaciones está en el Decreto de División Parroquial de 1785 del obispo primer obispo de las Pitiüses, Manuel Abad i Lasierra, base de la organización de Eivissa y Formentera. Este documento incluye un Plan de Erección de las parroquias en el que las dos islas pasan de tener una única parroquia, la de Santa María de Eivissa, a un total de dieciocho, que se sigue vigente en la actualidad.

Así en enero de 1785 las unidades parroquiales eran las siguientes: en Eivissa, Reial Força, Sant Pere; Marina, El Salvador; La Mare de Dèus de Jesus; Santa Eulària des Riu; Sant Carles de Peralta; Sant Joan de Labritja; Sant Miquel de Balansat; Sant Mateu d'Abarca; Santa Agnès de Corona; Sant Antoni de Portmany; Sant Josep de sa Talaia, Sant Agustí des Vedrà; Sant Jordi de ses Salines; Sant Rafel de Forca; Santa Gertrudis de Fruitera; Sant Llorenç de Balafia. Y en Formentera Sant Francesç Xavier y la Mare de Déu del Pilar.

Así mismo a los trabajadores de las Salinas le habían destinado las parroquias de Sant Francesç de ses Salines en Eivissa, y Sant Ferrán de ses Roques en Formentera.