En las comunidades una moderadora propone un tema y se plantean una serie de preguntas que los participantes responden, abriendo el diálogo y los planteamientos sobre la fe.

«La gente tiene la fe dormida». Ésa es la conclusión a la que han llegado los misioneros que desde hace una semana se encargan de «evangelizar» a los feligreses de Santa Eulària. La sociedad de consumo y el ritmo frenético y acelerado de la vida, han relegado el papel de la fe, que exige calma, tranquilidad y reflexión, a un segundo plano, hecho que dota de sentido la práctica de estas actividades dentro de la comunidad católica. La parroquia de Santa Eulària acoge desde el pasado día 11 las Misiones Populares, más conocidas como Parroquiales. Estas actividades de renovación y afianzamiento de la fe, que se desarrollan a lo largo de tres semanas, tienen como principal objetivo llevar a cabo una nueva evangelización y renovar la fe y los métodos y formas de llegar a Dios.

En total son cuatro sacerdotes pertenecientes a la Congregación de la Misión, una Hija de la Caridad y dos laicas los encargados de impartir estas actividades en las que cuentan con la colaboración del vicario y el párroco, así como varios colaboradores de la comunidad. A lo largo de este periodo de tiempo los misioneros realizan actividades como eucaristías, charlas y reuniones a lo largo de las vendas de la parroquia, para «facilitar el diálogo y lograr que la gente despierte su fe», señala el padre José Miguel Sánchez Florido.

Tras una primera semana dedicada a la toma de contacto con visitas casa por casa de los feligreses interesados en participar en estas actividades, la segunda semana se centra en las comunidades. Éstas están formadas por grupos de 15 personas, en su mayoría mujeres de mediana edad, que se reúnen a lo largo de toda esta semana para tratar temas como 'Los tesoros de nuestra vida', 'Jesucristo es el salvador' o 'La Iglesia comunidad de creyentes', todos ellos moderados por vecinos del pueblo que facilitan en diálogo entre los asistentes «para que comprueben por sí mismos que de Jesucristo puede hablar todo el mundo, de que es un tema de todos», señala el padre Sánchez. El papel de los misioneros en las comunidades es casi anecdótica, ya que acuden para resolver dudas puntuales, teniendo todo el protagonismo los fieles.