La clase de los hombres de nacionalidad italiana, tres en total, cuenta con varios instructores que intentan que perfeccionen su conocimiento de nuestro idioma.

Los lunes, miércoles y viernes en las aulas del centro Betania, ocupadas diariamente por escolares de Cas Serres que acuden allí a tomar lecciones de refuerzo escolar, se reúne un grupo de estudiantes de excepción. Se trata de seis marroquíes (en su mayoría mujeres) y tres italianos que buscan una oportunidad, los primeros de aprender y los últimos de perfeccionar un idioma con el que eliminar barreras y buscar una opción real de integración en un país al que llegaron buscando una salida en la que vivir dignamente fuera una realidad y no una esperanza.

Seis voluntarios de Cáritas, tres objetores de conciencia, una joven árabe llamada Shaima o los responsables permanentes de la institución gestionada por la ONG -Raúl González, Rafael Sancho y Jesús Díaz- son los encargados de manera alterna de pronunciar las clases que comenzaron a principios de este mes de febrero. Escribir y leer son las metas de unas enseñanzas en las que el objetivo pasa por ofrecer una posibilidad. La valoración de la experiencia, que con éste encauza ya su segundo año consecutivo, es, en palabras de Díaz, «muy positiva, no sólo por parte de los que la impartimos y nos hemos involucrado directamente en la actividad sino por el entusiasmo y el interés demostrado por los alumnos». El boca a boca, el interés de una hija porque su madre aprendiera a leer o el contacto con los servicios sociales del Ayuntamiento de Eivissa han sido alguna de las vías de entrada para una experiencia que cuenta en la sede de la organización humanitaria en la calle Felipe II con unas puertas siempre abiertas.