Antonio Mancebo, amigo de los actuales padres de la niña, frenta a las hojas en las que se recogen las firmas. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

Antonio Mancebo y su esposa Asunción llegaron a Eivissa hace 15 años procedentes de la localidad granadina de Benamaurel. Allí conservan buenos amigos, como los padres adoptivos de María Angeles, la niña de 13 años que ha saltado esta semana a las primeras páginas de todos los periódicos debido a la sentencia de un juez, que la obliga a volver con una familia sevillana que la adoptó primero -cuando sólo tenía tres años- y de la que se separó tras acusarlos de malos tratos. «Yo conocí a María Angeles cuando llegó al pueblo y estaba realmente mal; era muy nerviosa y se peleaba con todos los chicos. Se la notaba descuidada y mal vestida, además de que apenas sabía leer y escribir», explica Antonio, cuya hija mayor, Ana, acostumbra a jugar con María Angeles siempre que visitan el pueblo, algo que hacen con cierta periodicidad. Ahora, Antoni, después de leer todo lo que se ha publicado, ha decidido iniciar una recogida de firmas en su tienda de marcos de Sant Antoni para pedir que sea la propia niña quien decida sobre su futuro. Por el momento lleva más de 60 y, según explica, todos los que pasan por su establecimiento se muestran dispuesto a firmar en las hojas. «Yo no obligo a nadie», comenta, «pero todos los que pasan por aquí se fijan en las hojas y me lo piden». Cuando tenga suficientes las llevará al Ayuntamiento de Sant Antonio para que las selle y quede constancia de que los ibicencos apoyan a la familia granadina. «Igual no sirve de mucho, pero es un gesto bueno», señala. «Los padres que tiene ahora son buena gente, aunque lo que yo digo pueda parecer parcial porque los conozco. Tienen tierras, y a pesar de que no son ricos, llevan una vida muy decente. A la nena se la nota contenta, juega en un equipo de voleibol y sale con sus amigas», comenta.