El cineasta mostó a sus amigos y conocidos la pesada estatuilla. Foto: MARINA MART.

La residencia del director de cine Antonio Isasi, en la zona de ses Salines, fue el escenario en la tarde de ayer de una «pequeña fiesta entre amigos» para celebrar el Goya de Honor de la Academia de Cine española, que le fue entregado el pasado sábado en Barcelona. Alrededor de cuarenta personas acudieron a la invitación del cineasta, residente en Eivissa desde 1988, justo cuando, tras 50 años de intensa dedicación profesional al séptimo arte, se retiró del oficio.

Políticos como la presidenta del Consell Insular, Pilar Costa; el conseller de Medi Ambient, Joan Buades, o la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa, Lurdes Costa, se unieron a representantes del mundo de la cultura de la isla y a amigos y familiares del cineasta, para comentar los entresijos de la ceremonia de los Goya y las curiosidades de una gala que fue trasmitida en directo por televisión. Haciendo honor a su reconocida bonhomía, Antonio Isasi Isasmendi, y su esposa, María, atendieron con cariño y amistad a los animados invitados.

La famosa estatuilla de la Academia del Cine, inspirada en uno de los autorretratos de Francisco de Goya, acaparó la curiosidad de los invitados a una fiesta sencilla y sin ningún tipo de protocolo; y aunque se resistía al principio («es que me da vergüenza»), el galardonado director accedió al final a posar para sus amigos ibicencos con el merecido trofeo a toda una vida dedicada al séptimo arte. Como confesó a Ultima Hora Ibiza y Formentera : «Han sido 50 años dándole vueltas a la manivela; creo que ya es bastante, no tengo ninguna intención de volver a hacer cine. Hay algo de nostalgia, claro; sobre todo cuando, como en esta ocasión, vuelvo a ver a los tantos amigos que tengo en la profesión; pero se me pasa cuando vuelvo a mi retiro ibicenco».