Un total de 160 trabajos muestran orgullosos la fantástica respuesta que ha obtenido, por parte de los alumnos, la iniciativa del departamento de Plástica del Instituto Isidoro Macabich. Por segundo año consecutivo el centro educativo hace suyo un proyecto de solidaridad en el que emplean esfuerzos y medios propios.

En los últimos meses las horas reservadas a la asignatura se han repartido entre el aprendizaje y el fin perseguido con un seguimiento, que se pensó en principio para un único nivel y al que se quisieron sumar algunos escolares del curso superior. Si el año pasado los beneficios, hasta 60.000 pesetas resultantes de la venta de las obras realizadas por los estudiantes, se destinaron a los afectados por el huracán Mitch, en esta ocasión el dinero, gestionado por Unicef, irá íntegro a paliar los desastres provocados por las inundaciones de 1999 en Venezuela .

La idea fue sugerida por los profesores a los estudiantes de tercero y cuarto de ESO y contó con «una fenomenal contestación, unánime y sincera», según apunta uno de los formulantes de la misma, Antonio Roselló.

Los cuadros, que cuentan con una temática uniforme, un dibujo infantil plasmado sobre madera y tratado con diversas técnicas, han sido tasados entre 1.500 pesetas de máximo y 500 mínimo por parte de los docentes «y los precios han contado con el consenso de los artistas», recalca Roselló. Además, existe un cuadro cero, «similar a la fila de igual denominación en el teatro», señala Roselló, por el que la gente pujaba sin que existiese más que el símbolo de la donación que cada persona quería realizar.