El cielo de Sant Antoni se llenó ayer por la mañana con las cometas fabricadas por los estudiantes del colegio Guillem de Montgrí. Cerca de 200 estudiantes del centro participaron en el festival «Posa un estel al cel», organizado como un acto más del Día Internacional Contra la Violencia. A partir de las once de la mañana los niños comenzaron a llegar a la playa de ses Variades con sus cometas bajo el brazo.
Los escolares llevaban unas semanas construyéndolas en el colegio, como explicó el coordinador de la iniciativa, Pepín Valdés. Para su fabricación se empleó plástico, tela y papel, entre otros materiales. Los colores y la decoración corrían al gusto de los chavales. En la misma playa se habilitó un «taller de reparaciones», donde se parcheaban las cometas que sufrían algún percance. «No se trata de ningún concurso, nuestro objetivo es que haya cuantas más cometas volando al mismo tiempo», explica Valdés.
Aunque también hubo algunos panderos comprados en la juguetería, los que eran de producción artesana tenían premio: unos jueces se encargaban de controlar el tiempo de vuelo de los cometas hechos a mano, puesto que si conseguían planear durante unos minutos, su constructor ganaba una camiseta conmemorativa. Al mediodía, el festival vivió su momento culminante gracias al numeroso público y a un viento favorable, que permitió que más de 100 cometas planearan sobre Sant Antoni al mismo tiempo.
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