Varios miembros de la Coordinadora contra la ampliación de puerto
se reunieron ayer con el presidente del Govern balear, Francesc
Antich, para explicarle de forma pormenorizada las razones de su
oposición radical al proyecto del dique.
A pesar de que detectan «un cambio de actitud y mayor atención a
las cuestiones de protección medioambiental por parte del nuevo
gobierno», según señaló ayer uno de los miembros del grupo, Mariano
Marí, la Coordinadora manifestó a Antich su malestar por la
inclusión en el proyecto del dique de dos cláusulas no previstas:
la consideración de Eivissa como municipio turístico y la
posibilidad de atracar cruceros. Los portavoces de la agrupación
solicitaron a Antich que la decisión sobre este proyecto se limite
a considerar la que solucione el problema de inseguridad de las
aguas interiores y cause el menor impacto ambiental y visual
posible. El grupo pide una solución «imparcial» en la que no se
tengan en cuenta intereses puramente especulativos.
Antich aseguró que hay que ser «escrupulosos» con este tema
porque compete a las instituciones insulares y se comprometió a
reunirse con el Consell y Ayuntamiento para estudiar las
alternativas, una vez que reciban el informe sobre el proyecto.
Mariano Marí señaló que «Antich ha hablado de grandes logros, pero
en otros lugares, por lo que le hemos recordado que Eivissa sigue
siendo una de las zonas de mayor presión».
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