Un mosaico en la arena

Cientos de stands, con la peculiar característica de que se extienden sobre la arena, estructuran un mosaico perfecto desde muy temprano. Nuria, Esperanza, Mila y Gloria se estrenaron ayer en una nueva profesión. Su intención era la de recaudar fondos para lograr irse de viaje de fin de curso a Andorra junto con el resto de su clase del Instituto Algarb. Pese a ser sábado, harán unos peculiares deberes desde las ocho y media de la mañana hasta las tres del mediodía. En esta ocasión han cambiado a los compañeros del aula por familias, extranjeros y artesanos que exponían sus productos. A cambio de un precio «flexible» tal y como lo definían, que suele oscilar sobre las quinientas pesetas, según la superficie que se ocupe, cada uno de los presentes se ocupa de un negocio en el que el regateo está a la orden. Y también existe un hueco para la solidaridad: la Asociación por una Ibiza y Formentera Sin Drogas también cuenta con un puesto a la entrada donde la recaudación se destina a las arcas de la entidad.

En esta amalgama de personas, sentidos e intereses, puede encontrarse desde una auto caravana a una pinza de tender la ropa. Isabel aporta sus peonzas confeccionadas y dibujadas a mano y apunta una de las grandes virtudes de la peculiar área comercial: «aquí se fomenta la participación de cualquiera porque no necesitas permisos ni autorizaciones». El único requisito es madrugar para colocarse en una buena situación. Primero se perfilan los círculos y a continuación las líneas radiales. A partir de entonces, lo único que queda es acercarse y comprobar el resultado de la unión de elementos tan dispares.