El grupo popular del Ayuntamiento de Eivissa volvió a incidir ayer
en sus críticas a la implantación de las zonas azules en la ciudad.
Según los cálculos del PP, los ciudadanos serán los más
perjudicados por el alto precio de la tarifa fijada por el
Consistorio. Según explicaba la portavoz del grupo, Virtudes Marí,
un residente deberá pagar al año alrededor de 70.000 pesetas por
aparcar en la zona en la que vive. Los datos facilitados por el PP
señalan, además, que el Consistorio recaudará, en un año, 300
millones de pesetas.
El presidente del grupo, Enrique Fajarnés, considera que la
implantación de las zonas azules es una decisión «muy precipitada e
improvisada y supondrá, según señaló ayer, «una gran discriminación
a los que habitan en esta zona». El PP incidió en la falta de
aparcamientos alternativos. «Los que dicen que se han habilitado ya
están llenos por lo que esta medida puede ser un fracaso», destacó
Fajarnés. El PP se refirió también a los problemas que generará la
vigilancia de las zonas azules de la ciudad. Los populares aseguran
que el proyecto no define quien se encargará, realmente, de hacer
cumplir la hora establecida para aparcar. «El convenio dice que
será la empresa pero la Policía Local es la única autorizada para
poner multas», explicó Virtudes Marí que concluyó: «No sabemos si
se deberá contratar a más agentes para cumplir con las normas». La
medida afecta, según el grupo del PP a cuatro kilómetros de calle
en la ciudad. Los populares se reunirán con las asociaciones de
vecinos para conocer la opinión de los residentes acerca de esta
medida.
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