El principio de una nueva vida

La mayoría de los que llegan a la isla lo hacen con una idea estereotipada sobre consumo acelerado y sociedad superdesarrollada. «Ellos no conciben la idea de que estorban porque creen que se vive en un mundo de superabundancia. Ni siquiera se plantean que la legislación puede ser tan dura porque sino, quizás muchas veces no se aventurarían a venir hasta aquí», señala Duarte. Y se topan con unas condiciones bien diferentes a las soñadas. Encontrar una vivienda, un puesto laboral estable y en idénticas condiciones al resto de los empleados o un simple reconocimiento médico, se convierten en auténticas odiseas. La irregularidad de la situación legal, hace que muchas veces esta circunstancia se convierta en una fórmula de chantaje. Pero por fortuna, las cosas, aunque de manera lenta, van cambiando paulatinamente. La aprobación de la nueva Ley de Inmigración supondrá, por ejemplo, la posibilidad de poder recibir asistencia sanitaria y jurídica, «dignificando así la persona sin necesidad de que tenga o no papeles» afirma la coordinadora. Además se endurecen las condiciones contra aquellos empresarios que contratan a trabajadores ilegales con penas que suponen, incluso, la prisión. En este sentido, el cambio paulatino en las concepciones es más que evidente en «una nueva generación de empresarios» tal y como se les califica desde la corporación, que aboga por regular la situación de sus contratados e incluso se presentan en el CITE para ayudar en lo posible.