Baltasar fue, como cada año, el más aplaudido por los chavales, que se emocionaron al ver de cerca a los Reyes Magos. Foto: MARINA MART.

Puntuales a su cita y algo desconcertados ante tanto alboroto, los Reyes Magos llegaron ayer puntualmente al puerto de Eivissa para regocijo de todos aquellos que esa noche serían sus agraciados. En apenas unos instantes, cambiaron el agua por el asfalto, donde les esperaban mayores y pequeños que dejaron escapar miradas de complicidad o curiosidad, respectivamente, a lo largo de la hora y media que duró el recibimiento. Una caravana de vivos colores, ritmos exóticos y sabor oriental fue presenciada por miles de niños que no quisieron perderse el recorrido de Sus Majestades entre la Avenida Bartolomé Roselló y Vara de Rey. Finalmente se suprimió el tramo entre la calle Extremadura y Aragón para evitar mayores complicaciones de tráfico, aunque ello no deslució el acto.

En una apuesta por la modernidad que les obligó a abandonar los lentos, incómodos y tradicionales camellos, Melchor, Gaspar y Baltasar, cada uno en su carroza y rodeado de un amplio cortejo compuesto por trescientos pajes y cuatro camiones engalanados para la ocasión, fueron arrojando a su paso mas de 2.000 caramelos mientras recogían a cambio millones de ilusiones. Las antorchas finales aportaban aún más brillo a sus ropajes y regalos, haciendo sombra a la luz de las miradas infantiles.

Una vez en s'Alamera y ante una avalancha de público que les esperaba ansiosos frente a sus tronos, quisieron detenerse ante el belén para realizar una pequeña reverencia, momento tras el cual fueron saludados por el alcalde de Eivissa, Xico Tarrés. Con el sol de Oriente que les acompañó en un principio y la luna de Occidente diciéndoles adiós terminó un día intenso que, por una vez, comienza cuando llega la noche. Y es que ahora les tocaba el trabajo más duro: dar respuesta a las peticiones.

La Concejalía de Fiestas del Consistorio municipal no se olvidó de las barriadas adyacentes al casco urbano y colaboró ofertando desde las carrozas al refrigerio para que ningún chaval se quede sin ver a los Reyes, los cuales optaron por permanecer un día más en la isla para continuar más tarde su camino. Si Platja d'en Bossa tomó anoche el relevo, hoy a las once de la mañana el trayecto cruzará desde San Pablo a Cas Serres. A las doce y media le toca el turno a ses Figueretes.