Los ibicencos celebrarán de formas muy variadas la llegada del nuevo milenio. A pesar de todo, esta muestra de personas públicas da algunos ejemplos de cómo se festejará esta noche tan especial.

Con un primer vistazo sobre esta encuesta salta a la vista un dato: tenemos una clase política muy casera. La mayoría de personas que se dedican a la cosa pública nos han explicado que pasarán la Nochevieja acompañada de sus familiares más allegados. A pesar de todo, muchos de ellos prometen acudir a la fiesta que ellos mismos han organizado en el recinto ferial, en sustitución de la tradicional en Vara de Rey. Si van la mitad de los que lo dicen, será, desde luego, todo un éxito.

Dos de las pocas excepciones son la presidenta del Consell Insular, Pilar Costa, quien ya está en tierras tunecinas, y el vicepresidente de la máxima institución, Vicent Tur, que ya disfruta del verde paisaje asturiano.

También es larga la lista de personas que deberán tomarse las uvas deprisa y corriendo para volver a sus oficinas a trabajar. El tan temido efecto 2000, que, según dicen, puede inutilizar algunas máquinas, ha provocado la alerta entre las instituciones. Así, por ejemplo, el director insular de la Administración del Estado, Luis Carlos Fernández Tejerina, deberá estar en su despacho desde las diez de la noche hasta apróximadamente las tres de la madrugada, vigilando el funcionamiento de los cuerpos de seguridad y demás. Como el mismo comenta, si puede se escapará a su casa a tomarse las uvas, pero quizá deberá «salir disparado con la número once en la boca». Si de él dependiera, pasaría la Nochevieja en su tierra, lejos de Balears.

Otro de los que pasarán una noche ajetreada será el conseller de Turisme, Josep Marí Ribas, Agustinet, quien tras cenar en su casa deberá comenzar una ronda de llamadas para ver que todos los organismos que dependen de la máxima institución "Bomberos, por ejemplo" funcionen correctamente.