G anó el concurso de chica del verano de Ultima Hora Ibiza y Formentera por algo más que su aspecto, aunque no hay duda de que su moreno caribeño en pleno mes de noviembre causó más de un suspiro en Badajoz. Haciendo un breve paréntesis en la elaboración de su proyecto de final de carrera, Cristina decidió hacer caso omiso de las advertencias de huracanes y puso rumbo a Santo Domingo. Allí ha vivido junto a su novio, Francisco Fernández, una semana que define, a pesar de su moderación, como «increíble» y de cuyo recuerdo se lleva, sobre todo, «la amabilidad de la gente y el marcado contraste entre la riqueza de algunas zonas y la pobreza de la mayoría», señala. Su descripción del lugar complica algo las cosas: «Depende del sitio en el que te muevas: las más explotadas turísticamente están muy modernizadas y diseñadas de cara a los extranjeros. Es, realmente, un paraíso. A veces parece que estás en plena selva y al cabo de un momento estás en plena civilización». La ciudad de Puerto Plata fue una de las excursiones más sorprendentes aunque los estupendos servicios que ofrecía el hotel -costeados en su totalidad por el periódico- provocaron que sus salidas se contaran con los dedos de la mano. Además de alojamiento, se ofrecía la posibilidad de practicar deportes de riesgo y disfrutar de sus instalaciones. Califica la comida como «estupenda aunque muy extraña: las especias que utilizan para condimentarla le proporcionan un sabor raro, pero merece la pena probarla». Como conclusión del viaje, Cristina lo tiene muy claro: «Todo el mundo debería tener la oportunidad de presentarse a un concurso si te da la posibilidad de acudir allí».