Más de trescientas personas participaron ayer en la celebración del
día grande de las fiestas de la Sagrada Familia en Can Bonet. La
lluvia modificó el programa suprimiendo el ball pagés, la procesión
y los fuegos artificiales previstos para la noche, aunque el resto
de las actividades proyectadas se desarrollaron con gran éxito. Es
la primera vez que un factor climatológico adverso afecta a los
eventos, según manifestaban muchos de los presentes.
La eucaristía fue oficiada por el obispo de Eivissa y
Formentera, Agustín Cortes, y a continuación, el bar «La Granja» se
convirtió en el lugar de refugio de una deliciosa buñuelada ante la
intensidad de las precipitaciones que impidieron que se realizara
en la plaza de la iglesia. El presidente de la asociación de
vecinos, Juan Costa, mostró su satisfacción por cómo han
transcurrido estas dos semanas y apuntó la clave de este resultado:
«Siempre ha sido un barrio que se ha caracterizado por la
participación y la colaboración entre todos». A las seis y media
«El Jinete» fue el protagonista de una actuación en vivo,
continuada de la guitarra de Paco Fernández y Eva Mª Redondo en un
«Concierto Mediterráneo».
Posteriormente se procedió a la entrega de trofeos de las
competiciones deportivas realizadas en días pasados y de los niños
galardonados en el concurso de dibujo, postales que han sido
reproducidas en el cartel anunciador de las fiestas. Con ello se
trazó el paréntesis hasta el año que viene.
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