Si no está dispuesto a pagar lo que piden en algunos restaurantes por la cena de Nochevieja, siempre queda la oportunidad de quedarse en casa.

En la edición de ayer informábamos de los elevados precios que cobrarán algunos establecimientos por el menú de la cena de Nochevieja. En varios casos, la minuta supera las 50.000 pesetas por persona, sin incluir en el precio las bebidas que se consuman. Siendo realistas, esta cifra se escapa a muchos bolsillos (quizá a la mayoría de los mortales). Así que ahora vamos a dar cinco consejos para sobrevivir la noche del 31 de diciembre sin necesidad de hipotecarnos hasta la próxima centuria.

Que paguen las instituciones
En junio y septiembre ellos ya organización su particular fiesta con la recaudación de la renta. Ahora, nos toca recuperar esa inversión. El Ayuntamiento de Eivissa ha preparado un montaje espectacular en el recinto ferial del Consell Insular. Han dispuesto hasta líneas de autobús gratuitas "un detalle" para que nadie falta a la cita. Allí habrá lo imprescindible: cotillón, música en vivo y hasta fuegos artificiales. Las copas corren a cuenta del consumidor, eso sí. Otras instituciones locales preparan también sus celebraciones para el 31 de diciembre, sólo hay que leer la prensa para estar informado.

Que paguen otros:
Familiares y amigos están para cuando se les necesita. Ahora es el momento de que lo demuestren. Las cenas familiares son un excelente salida para saciar el hambre el día de Nochevieja. Conviene llevar, como mínimo, una pastilla de turrón y una botellita de cava, qué menos.

«¿Y si nos quedamos en casa?»
Barato, sencillo y sin sorpresas. Las televisiones se encargarán de anestesiarnos el cerebro con sus programas especiales (todos, seguidos de la palabra «milenio»). Martes y Trece serán, un año más, los grandes ausentes. Pero Los Morancos y Cruz y Raya están al acecho.

Nochevieja a la italiana
Nada de atracones, en la península de la bota se celebra la Nochevieja comiendo lentejas, que son económicas y aportan el hierro necesario para el organismo.

Convertirse a otra religión
Musulmanes, budistas, sintoístas o animistas pasan de puntillas sobre estas fiestas, puesto que no celebran las navidades. Aunque complicada y radical, es nuestra última opción.

· O. R.