El «hombre corriente» quiere menús corrientes. Y económicos. El
president del Govern, Francesc Antich, ha impuesto una norma en el
Consolat de Mar: los menús que se pagan con dinero público no
pueden superar las dos mil pesetas. Mientras Huguet pagaba facturas
de 40.000 pesetas en copas en Tropicana, la política de gasto del
president es totalmente diferente.
Y es que con 2.000 pesetas se puede comer un buen menú. Y por la
mitad. Durante los últimos meses el personal de confianza del
president se ha acostumbrado a comer un menú que sólo cuesta 1.400
pesetas. «No es una norma escrita, y tampoco se gasta menos de
2.000 pesetas en todos los casos; si viene un ministro y hay que
invitarle a comer no le daremos un menú de 2.000 pesetas», explica
Antich.
El personal de confianza del president cuenta que, en una
ocasión, se solicitó un menú de 1.400 pesetas a un restaurante que
está muy cerca del Consolat de Mar. Un estudiante de restauración
en prácticas preparó los platos con algunos adornos, unos detalles
que, para Antich, significaban que se había gastado más de la
cuenta. Antich pidió explicaciones, y se las dieron. Aquellos
platos parecían muy caros cuando, en realidad, eran del restaurante
de al lado.
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, fue
invitado recientemente por Antich en el Consolat de Mar. «Chaves
comió un menú de 1.300 pesetas, y no pasa nada», reconoció Antich.
De las copas, nada de nada. El Govern no paga las copas porque,
según Antich, «nadie toma». «Cuando comemos aquí "dice Antich"
estamos trabajando y sólo tomamos café». Eso sí, que no falte el
café.
La norma no se extiende a todos los departamentos del Govern,
aunque no se conocen excesos económicos en los gastos de comidas o
copas durante los más de cien días que llevan en el poder.
Una casa y un «cuatro latas»
El president Antich no tiene ningún inconveniente en hacer públicos
sus bienes después de que el Govern aprobase ayer el Reglamento de
Incompatibilidades que obliga a los altos cargos a hacer una
declaración de bienes. «Yo siempre he hecho públicos mis bienes;
cuando era alcalde de Algaida presentaba tres declaraciones, uno
como alcalde, otro como miembro del Consell y uno como diputado
autonómico», apunta Antich. Los bienes de Antich están compuestos
por una casa, un coche «4 latas» y un Renault 19. La familia Antich
tiene una cuenta corriente, pero la cantidad que hay en ella no
llamaría la atención a ningún banco de la isla. Además, el Renault
19 tiene problemas con el tubo de escape, y el 4 L se ha convertido
en una reliquia para el president, que utilizó este vehículo en
numerosos trayectos entre Palma y Algaida cuando Antich era el
presidente de la Comissió de Medi Ambient del Consell de
Mallorca.
Antich está casado y tiene dos hijos. «La que lleva las cuentas
en casa es mi mujer», admite el president, que tiene intención de
cambiarse de casa, que sigue en obras. Antich gana un poco más que
Antoni Mir, el presidente de la Obra Cultural Balear cuyo sueldo,
el secreto mejor guardado de Balears, se difundió el pasado jueves.
Mir ingresa 9 millones brutos, un millón menos que Antich, quien
está obligado a pagar una cuota mensual a su partido.
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