La Reserva Natural de ses Salines en Formentera, y muy concretamente sus sabinas, ha sido el lugar y el objetivo elegido por diversos especialistas para llevar a cabo una serie de estudios durante este año. Pablo Balbín y Adela Trasierra, procedentes de la Escuela de Montes de Madrid, han sido sus protagonistas junto a Simo Solivellas, ambientólogo de la Reserva, que ha realizado parte del seguimiento de las investigaciones.

Ello es fruto del convenio de colaboración que se estableció en 1998 entre la Escuela Superior de Montes de Madrid y la Reserva Natural, cuyos resultados están encaminados a «determinar la dinámica forestal de los ecosistemas que hay en el área protegida, básicamente, sabina, pinar y sabina-pinar», comentaba Solivellas.

En primer lugar se realizó un inventario de cincuenta parcelas a través de un muestreo sistemático de la zona, donde se caracterizó el tipo de suelo, la cobertura vegetal y el acompañamiento florístico y se tomaron datos de altura, porte, diámetro de copa, porcentaje de ramas puntiasecas y marcas de poda. Actividades que se completaron con otro tipo de indicios y ensayos. Dentro de este último apartado se engloban los ensayos de germinación de sabina y pino sobre suelo arenoso que se han llevado a cabo en veintidós parcelas de un metro cuadrado de extensión, fincas que se encuentran ubicadas en Illetes y Can Marroig. Mientras en la primera se han colocado semillas de sabina, en Illetes además se han plantado de pino. La distribución de las mismas se hizo en función de las diferentes condiciones de luz, humedad y exposición a predadores que hay en cada una de ellas con el objetivo de poder llegar a valorar la influencia de factores como la temperatura, la humedad o la predación.