Destinada a jóvenes desempleados con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, la Escuela Taller de Eivissa desarrolla en la actualidad diversos proyectos sociales de recuperación y mejora de la ciudad -que se han centrado, desde su origen en 1992, en el conjunto histórico de Dalt Villa- con el objetivo prioritario de la inserción laboral a partir del aprendizaje de sus respectivos puestos de los alumnos que participan en sus cursos de formación.

Por allí han pasado en tres proyectos sucesivos cerca de 250 alumnos que resuelven de esta forma un futuro incierto en materia laboral. Algo que no podría realizarse si no existiera una valoración individual ni un conocimiento de cada uno de ellos. De ahí que Belén, Susana, Vanessa o José no sean únicamente las manos que han dado jardines o caminos de piedra a la zona, sino que suponen una esperanza para cada uno de los monitores y profesionales que trabajan con y junto a ellos. En su mayoría decidieron dejar los estudios para encontrar una salida más rápida al mercado de trabajo y, aunque a primera vista parezca más cómoda el aula que las murallas de la ciudad cuando luce el sol o el viento sopla con fuerza, sólo hay que hablar con cualquiera de ellos para comprobar que se sienten más orgullosos de sus ocho horas de labor diaria que de los exámenes que realizaban anteriormente una vez al mes.

Estos chavales hacen realidad proyectos cofinanciados por el INEM, el Fondo Social Europeo y el Ayuntamiento de Eivissa en función de actuaciones concretas, previstas para dos años (que es lo que dura cada curso) evaluados antes por los técnicos de cada una de las instituciones.