El RCD Espanyol "el segundo equipo de Primera División de la Ciudad Condal" contó en la temporada de 1960 con un medio volante algo especial: el actual ministro de Asuntos Exteriores, el ibicenco Abel Matutes. Ahora que esta entidad catalana celebra sus 100 años de vida ha sacado a la calle una nueva edición de su anuario, «Tot Espanyol», en la que el político y empresario recuerda los años en los que se ganó la vida dando patadas a un balón.

Matutes fue a Cataluña en la década de los 50 para estudiar Derecho "por las mañanas" y Ciencias Económicas "por las tardes" en Barcelona. «Para entrenar me 'fumaba' una clase y estudiaba por la noche, iba dando un paseo de la Facultad hasta el campo de Sarrià», comenta en esta publicación el ministro de Asuntos Exteriores. Para él, jugar al fútbol con un equipo de primera línea era una manera más de pagarse la carrera.

Así, por ejemplo, Matutes recuerda que con lo que cobró por la primera ficha con este equipo se pagó los gastos del viaje hasta Eivissa para pasar las Navidades "«cargado de regalos»" con toda su familia, como se puede leer en la edición de ayer del rotativo catalán «Mundo Deportivo».

Además, Matutes comenta en «Tot Espanyol» que entre la clase política, el fútbol es uno de los temas más recurrentes: «Se generan tertulias deportivas, a veces acaloradas. Por ejemplo, Mariano Rajoy "ministro de Educación y Cultura" se sabe todas las alineaciones de Primera y Segunda, y hasta los reservas».

El mejor jugador de aquella época era, según el ministro, Ricardo Zamora. Otros ídolos de Matutes son Marcet, Arcas "los dos, compañeros suyos sobre el terreno de juego", Bartolí, Vicente, Torres o Argilés. Matutes recomienda a los jóvenes combinar el estudio con la práctica deportiva, como hizo él mismo: «Que se esfuercen por hacer compatibles ambas cosas. Exige un esfuerzo, pero son actividades complementarias que enriquecen a la persona».

Además, el titular de Asuntos Exteriores añade que «el deporte forma para luchar después en la vida y, además, te prepara para hacerlo con espíritu deportivo».

A pesar de su apretada agenda de trabajo, Abel Matutes explica que todavía se reserva un tiempo para practicar un poco de deporte.