Las costas ibicencas han dejado de sufrir ataques de buques
pesqueros piratas. Esto, que parece una broma, es una realidad
desde que el Servicio de Inspección Pesquera realiza las campañas
de control de capturas de atún rojo y pez espada en el
Mediterráneo.
La franja costera de las islas ha visto como la presencia de
palangreros de buques no comunitarios, principalmente chinos, se ha
reducido drásticamente desde el año 1998, cuando comenzaron estas
campañas de control de capturas. El buque Alborán, con el apoyo de
un avión y un helicóptero, vigila que los barcos respeten la zona
de protección pesquera comprendida entre el Cabo de Gata, las Illes
Balears y que llega hasta el cabo de Creus. Más de 70.000 millas
cuadradas de zona vigilada.
El jefe del Servicio, Juan Luis Gil Gamundi, destaca lo novedoso
de esta campaña ya que, hasta ahora, no había ningún tipo de
control fuera de las doce millas.
Las intervenciones se redujeron al mínimo en la última
temporada, ya que los barcos infractores conocen la presencia de
los inspectores y se han desplazado a otras zonas. Una de las
capturas se produjo cerca de las costas de Eivissa cuando el buque
Anaga, uno de los barcos pequeños que sustituyen al Alborán, asaltó
a un cerquero francés que faenaba dentro de las 12 millas de mar
territorial.
Los dos problemas más graves que sufrían las costas de las islas
eran la presencia de barcos que usaban redes de deriva de
superficie superior a la permitida (2.500 metros) y la
proliferación de buques no comunitarios. Gil Gamundi asegura que
ambos delitos han quedado reducidos al mínimo desde que comenzó el
servicio.
Control en el puerto de Eivissa
El control del Servicio de Inspección Pesquera no se limita a las
actuaciones en alta mar. Eivissa es uno de los puertos que cuenta
con personal de vigilancia de descargas, sobre todo de la flota de
cerco francesa. El jefe de este departamento señala que «raramente
hay anomalías porque lo que entra en el puerto ya está controlado
previamente por mar y aire».
Las Illes Balears son, además, una de las zonas en las que no se
hacen excepciones con la prohibición de que faenen barcos
comunitarios en el mar territorial. Hasta las 12 millas sólo se
permite la pesca a barcos de bandera española.
La mayor parte del pescado que se captura en la zona llega al
puerto de Cartagena, donde buques congeladores japoneses del tamaño
de factorías esperan la preciada carga de atún rojo que alcanza
precios astronómicos en el mercado nipón (de 25.000 a 30.000
pesetas el kilo).
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.