Aspecto de la puerta de la oficina del INEM en la calle Isidoro Macabich a mediodía de ayer. Foto: MARINA MART.

En las colas que se están formado estos días en las oficinas del INEM de Eivissa da tiempo a fumarse media cajetilla de tabaco, saludar a los amigos que pasan por la calle, tomar un tentempié, enterarse de los últimos cotilleos y, sobre todo, cabrearse con esperas de hasta tres horas.

El motivo de las interminables filas es que hay 1.027 parados más en la isla. Se han acabado los contratos de temporada y los nuevos desempleados deben presentarse en el INEM antes de que transcurran quince días desde el finiquito para poder cobrar el subsidio.

Teniendo en cuenta que la mayoría de las contrataciones finalizan en octubre, la oficina del INEM ofrecerá durante la primera quincena de noviembre el mismo paisaje de caras cansadas, brazos cruzados y oscilaciones corporales para cargar el peso sobre una u otra rodilla de forma que no se duerma una pierna.

Uno de los sufridos desempleados que guardaba cola ayer explicaba que estas colas «no se pueden evitar si se quiere arreglar los papeles para que nos paguen o nos den trabajo, una de dos». Este ciudadano comentaba que las esperas se padecen por partida doble ya que, en su caso, tuvo que aguardar tres horas y media dos días antes de la cita para recoger el número de turno.