Las motos del Club de Moto Clàssica esperaron en la Savina el momento de empezar a recorrer las carreteras. Foto: GUILLEM ROMANI

Cerca de cuarenta motos anteriores a 1965 recorren desde ayer las carreteras de Formentera. Organizada por el Club de la Moto Clàssica d'Eivissa i Formentera, este fin de semana se desarrolla la VI edición de la Vuelta a Formentera en la que participan más de 70 socios de la entidad. A partir de las once de la mañana nombres históricos de la motocicleta comenzaban a circular por el puerto de la Savina: Lambretta, Isomoto, Gimson, Ossa, Lube o Sanglas, entre las marcas ya desaparecidas, y otras aún vigentes, como Montesa o Derbi, formaban un heterogéneo grupo con un denominador común: la pasión por las motos de época.

Algunos de los motards utilizaban cascos y gafas que nos retrotraen a tiempos pasados en los que las motocicletas ocupaban un destacado papel en la sociedad. Entre los vehículos presentes destacaban una Lube impecable, una joya como la BSA B33 de 1948 que emitía un petardeo monocorde característico y que varios socios probaron sucesivamente; una gigantesca BMW de la Segunda Guerra Mundial con su sidecar, en contraste con la fragilidad de las libélulas motorizadas que aparentaban una Gimson perfectamente restaurada o una elegante Guzzi con cambio de marchas adosado al depósito.

Raros ejemplares como una Isomoto precursora de modelos posteriores, una MV Augusta con su decorado original en el depósito recordando sus campeonatos del mundo de velocidad o una vieja Derbi con un cilindro de forma harto extraña, eran bellos ejemplares que ayer y hoy se admiran en la isla.