Formación agraria, investigación y asistencia técnica son los tres pilares sobre los que se asienta la finca de explotación agraria de Can Marines. Cursos monográficos o de iniciación para jóvenes agricultores constituyen el primer paso de esta idea que intenta consolidar el sector primario en la isla a través de una mejora de los cultivos existentes o la introducción de novedades. Una base que se complementa con la resolución de cualquier duda a todos aquellos que las formulen en un servicio expresamente diseñado para ello.

Los programas de experimentación son una de las claves del éxito de estos doce años de funcionamiento. De hecho, algunas de las pruebas realizadas han provocado sorpresas: «Los plátanos han sido una de ellas. No sabíamos si iba a funcionar y la verdad es que los resultados han empujado a promover iniciativas similares como las de los aguacates», afirma José Fernández, capataz y uno de los tres trabajadores de la propiedad del Consell. Además de Fernández, están empleados dos peones, Juan Roig y José Pérez, con apoyos puntuales de los técnicos de la Conselleria d'Agricultura i Pesca, desde donde se dirigen los programas y se estructura el calendario a seguir.

La adaptación de variedades procedentes de otros climas (como aguacates o chirimoyas) y la aplicación de técnicas innovadoras con las que proteger los oriundos son algunos de los objetivos que se han marcado investigadores y operarios. En la actualidad, hay varios estudios a punto de ponerse en marcha que versarán sobre almendros y hortalizas. En estos momentos se realiza, en concordancia con diversas comunidades autónomas, una práctica conjunta sobre la coliflor donde, a partir de métodos similares, se obtienen resultados distintos, según las condiciones de los lugares en los que se cultivan.