Es una cantera de futuros profesionales pero, sobre todo, se trata de un complemento a la educación escolar. Objetivos de mayores que se vierten en la realidad de unos niños que aprenden a amar el deporte mientras se divierten. La Escuela Municipal de Atletismo del Ayuntamiento de Eivissa inició la andadura anual, de una experiencia que comenzó en 1990, el 15 de septiembre, aunque no entró en plena actividad hasta los primeros días del mes de octubre.

52 chavales como Marina o Richard componen las esperanzas del director técnico y coordinador del área de atletismo del consistorio, Toni Domínguez, que agota sus esfuerzos entre intentar que se hagan las actividades programadas e imponer algo de orden.

El curso (de igual duración al escolar) se distribuye en torno a dos niveles: de iniciación y perfeccionamiento. Ambos se desarrollan en la pista de atletismo de Can Misses, aunque en horarios alternos, adaptados a las posibilidades de asistencia de los estudiantes, sobre todo para aquellos que en sus respectivos colegios tengan clase por la tarde. De ahí que las lecciones, de una hora, empiecen a las cinco y cuarto y se prolonguen hasta las siete, según las edades de los participantes que oscilan entre los seis y los trece años. Las diferentes categorías implican planteamientos diversos. Domínguez recalca esta cuestión: «En un principio el trabajo es puramente técnico, mientras que con los ya iniciados se busca depurar el estilo». Por ello se utilizan juegos con los menos expertos, que van creciendo en dificultad. «La idea es que continúen con la formación hasta que puedan ser parte de los equipos de la isla, a la vez que la compaginan con otros deportes», afirma el monitor.